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jueves, 12 de enero de 2012

IRON MAIDEN + Helloween + Dirty Deeds - Villarrobledo (1996)

En un lugar de la mancha, de cuyo nombre quiero acordarme, se celebro un festival del cual pude disfrutar por primera vez con mi particular “Dulcinea”. No era un gran cartelón como para tener que desplazarse a más de 300 km, pero si mi “Dulcinea” tenía esa bendita ilusión, pues se le cumplió. Nos acompañaron mi prima M.A.P. con su marido y amigo mío R.O.R.

Al llegar a Villarrobledo (Albacete) lo primero que hicimos fue ponernos a buscar el campo de fútbol donde iban a actuar. Luego localizamos un pequeño hotel para descansar y asearnos un poco. Un rato más tarde, con las pilas ya cargadas, nos dirigimos de nuevo hacia el recinto. 

Cuando llegamos a la plaza frente a la puerta de acceso el ambiente estaba bastante bien, no sobrecargado, pero sí muy animado. Las casetas de comida y bebida que había en el exterior tenían buena culpa de ello.

Entrada
Como no se escuchaba música, decidimos tomarnos un cubata en una de esas casetas antes de entrar al campo.
Allí nos comentaron que Skin no iban a actuar. Al momento, mi “Dulcinea” me dice: "voy a sentarme ahí que no me encuentro bien". ¿Qué le ocurrió?, pues que le dio un fuerte ataque de ansiedad de los nervios que se le produjeron por su primera situación ante las inminentes actuaciones Metaleras de las que iba a poder disfrutar. Por suerte no fue nada la cosa, pero pasó un rato bastante malo. 

Una vez se vio en condiciones nos dispusimos a entrar. 
A Dirty Deeds… no los vimos. Por lo visto a ojo de buen cubero, calculé alrededor de 4000 asistentes. El escenario era muy pequeño para ser Maiden los cabezas de cartel. La barra saturada de gente, terreno algo irregular y el sonido que sacaban Helloween, que eran quienes comenzaron a sonar en ese momento, era penoso, distorsionado al máximo y estridente a más no poder. 

Tan sólo por eso no nos movimos de la barra en todo el directo (situada al fondo frente al escenario) ya que ni siquiera allí se podía hablar con nadie a causa del terrible y punzante chirriar de las guitarras y el horripilante “batido de ruido” insoportable que machacó nuestros tímpanos (luego, cuando acabó su actuación, oímos piiiiiiiiiiiiiiiiiiii… durante un cuarto de hora). Ni track-list ni nada de nada, la peor actuación que he visto de Helloween sin ninguna duda.

Más tarde, los Maiden sonaban mejor, más nítidos, pero también “se lucieron” en varios aspectos. Lo primero, es que Blaze era por entonces el vocalista del grupo y no fue ni la sombra de lo que Dickinson le daba a la banda. 

Lo segundo, es que el repertorio dejó mucho que desear. Además, los temas del disco que presentaban (`The X Factor´) no le llegaban a la gente, ni tampoco los más clásicos, porque ese no era Bruce

Y lo tercero, es que hubieron varios desafines musicales de notable calado. Yo no entiendo de solfeo ni de notas, pero me sé muy bien cada sonido de los clásicos del grupo. Me dio la impresión de que Maiden no salieron a dar el 100%, vamos, que ni el 60%. Salieron a cumplir con el bolo y punto. El único que se esmeró algo, y que pareció divertirse tocando, fue el que entonces era el sustituto de Adrian Smith, Janick Gers.
Así que este festival fue para mí el peor festival que he visto nunca. En una palabra: LAMENTABLE. Pero mi “Dulcinea”, tras su primera experiencia Metalera, pues flipó. Ahora, después de haber catado otros y muy variopintos eventos, se ríe de ella misma recordándolo, pero siempre quedó una pequeña nostalgia en su mente por ser el primero.

La única anécdota peculiar de mencionar fue lo que ocurrió al salir del recinto. Un camión (tráiler) de Maiden estaba justo detrás de las casetas y al verlo nos dirigimos hacia él para observarlo de cerca. Había una puerta de la cabina abierta y bromeando nos dirigimos a pedirle un autógrafo al muy barbudo y zamarrote conductor. "Hello!, ¿un autograf?", le preguntamos en `Spanglish´. "Ohhh, yes, yes", contestó riendo y más contento que unas pascuas, igual que nosotros cuando nos fuimos con su dedicación. Un tipo muy simpático.

Aquí está el curioso autógrafo, en el único trozo de papel que encontramos a bote pronto.
To a Iron Maiden fan from a truck driver. Firma.

Al día siguiente, como lo llevaba en un bolsillo, se mojó un poco con los chorros de agua que “degusté” apoyando el pecho con los brazos abiertos en cruz (motivado por el asfixiante calor) sobre una buena roca con catarata en el Monasterio de Piedra de Nuévalos, en Aragón, lugar del que fuimos a disfrutar en ese viaje después del festival. De ahí que aparezcan emborronadas algunas letras.
En definitiva, un viaje a un lugar de La Mancha para acordarse, tanto por el sufrido debut de mi “Dulcinea”, como por las desastrosas y raquíticas actuaciones que soportamos (a Dirty Deeds no puedo calificarlos; y a Skin… lo dicho).

Nota: recordar a mis acompañantes el impacto visual que nos causaron "Rambo y Los Pegamoides", ellos me entienden.


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